Vivitos y Coleando

Por Otro Gato


Pasó la jornada doble, pasó la resaca post partido Ecuador y pasó la derrota ante Colombia, que aunque era previsible, igual jode pero no nos liquida. Hoy, después de muchos procesos clasificatorios, podemos decir que estamos vivos y dependemos de nosotros mismos y no solo por los números de la tabla, sino porque hay con que pelear la clasificación. 

El Capitán Pizarro > El Capitán América (?)


La derrota ante Colombia duele porque Perú venía motivado luego de la revitalizante victoria ante Ecuador, porque quizá con otro planteamiento se pudo haber sacado un mejor resultado, pero eso es entrar en especulaciones que nos llegan al pincho no nos interesan. Lo único cierto es que enfrentamos a la mejor selección del continente, tanto en lo colectivo como en lo individual y perder estaba dentro de las probabilidades. 

Pero el resultado fue preciso para los críticos de la selección. NO papi (?) estás equivocado. No es mediocridad reconocer la superioridad de otro equipo, no es mediocridad el hecho de no haber planteado un partido ofensivo ante Colombia. De hecho, Markarián hizo lo más inteligente al guardar a Farfán porque tenía amarilla y cambiar a Yotún cuando ya estaba amonestado, porque sabía que Colombia no era nuestro partido más importante, sabía que nuestras finales son Uruguay y Venezuela y que para esos partidos necesita al equipo completo. 

La gente olvida que en anteriores procesos a estas alturas ya estábamos sepultados, que éramos un asco, y su mezquindad es atrevida al usar la palabra mediocridad. No solo eso, sino que como necesitan la critica injustificada y destructiva para sentirse sapientes, critican el mal juego de la selección, diciendo que a Chile y a Ecuador les ganamos jugando horrible, sin embargo, son los primeros en alabar a Venezuela y Uruguay, como si estas selecciones hubieran mostrado buen juego durante estas clasificatorias. 

Cuando eramos impresentables


Hay que recordar que venimos de ser últimos en las clasificatorias pasadas, que venimos de ser el hazme reír de Sudamérica. No se puede exigir de la noche a la mañana “jugar bonito”. Perú es una selección en formación que aún está buscando su idea de juego, pero que ya ha comenzado a mejorar, indudablemente. Hoy estamos peleando la clasificación gracias a nuestros propios méritos, nadie nos regaló nada, al contrario nosotros regalamos puntos a Colombia en Lima, a Paraguay en Asunción, a Argentina en Lima, a Bolivia en La Paz. Resultados que son criticables porque nos faltó definir o aguantar el resultado, pero estamos compitiendo, por fin, y es todo lo que importa.

También cuestionan injustificadamente la valía de nuestros principales jugadores. Si bien es cierto que no tenemos la misma calidad individual que Argentina, Colombia o Chile, y que no tenemos jugadores para regalar, tampoco para envidiar. Tenemos una selección compacta, con jugadores que rinden y que tranquilamente, en cuanto a individualidades, supera a la del 98, la última que peleó una clasificación. Analizar uno por uno es innecesario pero lo que más necesitábamos lo encontramos: arquero, laterales y mediocampistas. Además, hoy existe una camada de jugadores jóvenes muy interesantes que pueden aportar.

Lo de Pizarro es un tema aparte. Demostró que es el que más ganas le mete, el que deja todo en la cancha, el líder de este equipo, siempre fue así. El gol ante Ecuador le sirvió para reivindicarse con la hinchada y consigo mismo. Profundizar en el asunto ya es repetitivo, el que sabe le reconocerá a Pizarro que es un crack acá y en Alemania.



La realidad de hoy nos dice que Perú es séptimo con 14 puntos. Nuestros rivales directos, Uruguay y Venezuela, quinto y sexto respectivamente, tienen ambos 16. En setiembre, se nos viene la doble jornada clave en este proceso, nos jugamos el todo o nada. Son dos finales que decidirán si estaremos o no en Brasil. Ambos equipos van a buscar lo mismo que nosotros, ganar. Recién ahí veremos si tenemos los huevos para merecer una clasificación.