JJ Oré de la gloria al Ocaso

Por Cthulhu. 

Manco mala leche (?)

Tras una excelente campaña en aquel recordado ciclo de los Jotitas, hoy la selección peruana de menores se ve prácticamente con un pie fuera, al mando del mismísimo JJ Oré.  La realidad habla de una preparación no muy acertada.

A diferencia de su “éxito” con chibolos como Manco, Bazalar, Hermoza, Ruiz, Salazar, Calderón, Arce, Cevallos y los demás seleccionados Sub-17
, esta vez no supo consolidar un grupo con tanta hambre de gloria como el anterior.

No obstante, se debe hacer hincapié en que de los nombrados, solo existen un par que juegan en primera. Su figura, hablo de RM7 (?) se desvirtuó en ese viejo callejón oscuro que es la noche, en el cual su talento y buen juego se fueron asolapando a un nivel baldoseril inminente. De los demás no se sabe mucho, pero probablemente ya estén baldoseando también.


Regresando al tema principal: El último partido en el cual Perú dominó parte del partido (contra Bolivia), pasó a ganarlo 2-1 pero finalmente hicieron homenaje a nuestra mística (?) y los de verde nos lo dieron vuelta 4-2. Contra Argentina en el primer partido fue igual. Podemos rescatar que al menos en ambos partidos en determinando momento lo estuvimos ganando. Tal vez se trate de un tema de actitud y no de fútbol, igual, no nos deja un saldo alentador.

Por su parte, JJ Oré pecó en quemar rápidamente al juvenil del Real Madrid Benavente (por quien había mucha expectativa), lo hizo jugar sin compañía. A Larrauri lo pintaron como un crack, pero no se pudo ver mucho de su juego y lo peor es el parentesco que tiene con Pablito Mussshh (?). Uno que si mostró sus dotes fue Ponce, ojo con él en el futuro.

Benaventeldinho (?)

“No sabemos sostener los triunfos, los resultados a favor. Nos pesa la responsabilidad. Todo lo que mostraron en los partidos amistosos, esa actitud, garra, no logramos trasmitirlos a los partidos reales.”, indica JJ Oré.

Para el DT todo pasó por un tema de falta de actitud en sus dirigidos, pero el verdadero responsable es él. Todavía no están en una edad en donde se les pueda pedir más que talento, la actitud pasa por un tema de preparación física y psicológica. 

Podemos hablar de que sí hay materia prima para trabajar, pero esperemos por el bien de nuestro fútbol que no se repita el llanto de Cuevita o del arquero Duarte. La preparación mental también juega un rol importante para una selección que poco a poco tiene que despojar de sus defectos, la siempre fatídica ‘pecheada’.