Del fútbol moderno, los besos y los colores


Por Pablo Panizo

¿Cuántas veces has escuchado esta: “El fútbol ya no es el mismo”? Sí pues, no es el mismo. No sé si para bien o para mal, pero no es el mismo. Las leyes del mercado, impuestas por el sistema capitalista, están en todo lugar donde hay dinero en juego, y el desarrollo del fútbol moderno tal como lo conocemos hoy es uno de sus frutos.

El fútbol es hoy un deporte mucho más organizado, competitivo, exigente y profesional que el que vieron nuestros padres y abuelos. El precio a pagar, sin embargo, es el de perder cierta magia en la relación simbólica con el club. Hoy los clubes están en venta al mejor postor, así éstos nunca hayan visto un partido del equipo que quieren comprar. ¿Ejemplos? El nuevo dueño del Liverpool es John W. Henry, un gringo de Illinois (?), fanático del baseball, dueño también de los Boston Red Sox y de un equipo de la NASCAR. El del Colo Colo (Blanco y Negro S.A.) es el presidente del país sureño, Sebastián Piñera, dueño además de casi todo lo que se pueda comprar en Chile. ¿Saben quién es el del Chelsea? ¿El del Manchester City? Y la lista sigue.

Al fútbol se le ve como una mercancía. ¿Y a los jugadores? Sí, hermano, a los jugadores también. A los hinchas nos queda la dignidad de querer la camiseta, que no es poco. No nos manchamos las manos con transacciones sucias, no tendemos camitas. Somos leales.

Chape y fuga

Esa relación incondicional con nuestros colores nos permite quejarnos (o burlarnos) de lo que vemos en la cancha. Hoy, de algo en particular: ¿qué afán tienen tantos jugadores por besar cada camiseta que visten?

WAN. Llega el Zorrito Aguirre al San Luis y al segundo gol besa el escudo (?). Que alguien me explique esa escena. Si Aguirre fue al San Luis fue exclusivamente por dinero. Fue el club que más fichas puso en la mesa y se lo llevó, nada más. Poco floro y cero mística. ¿O nos va a decir que secretamente fue siempre hincha del San Luis? Ya pe causa…




TU. Inicio de temporada europea 2009 – 2010. Presentan a Zlatan Ibrahimovic en el Camp Nou. El sueco se prueba la camiseta y besa el escudo para la foto. Antes de finalizar la temporada el sueco le decía a su agente, Mino Raiola, que sentía “vergüenza” de jugar en el club catalán. Safó al AC Milan, el más grande rival del club que lo acogió por años, el Inter de Milan.



FRI. Ronaldo jugó por el Barcelona y el Real Madrid, por el Inter de Milan y el AC Milan. Hasta ahí todo bien, se la pasamos porque es un grande. Pero terminar su carrera en el Corinthians paulista, tras haberse declarado siempre fanático del Flamengo, es algo que ningún hincha carioca perdonará.


Ronaldo tribunea de lo lindo.


Y con justa razón, la camiseta vale. Si algo no cambió con el fútbol moderno es el hinchaje y los hinchas deben defender su último reducto de resistencia, el del valor de sus colores. La relación con un club es una construcción a base de tiempo y méritos, hay que sudarla bien sudada. Así que no nos vengan con floro barato, si quieren besar algo que besen al que les dio el pase.

Tú sí pe:
Francesco Totti (Roma)
Carles Puyol (Barcelona)
Andrea Pirlo (AC Milan)
Paul Scholes (Manchester United)
Alessandro Del Piero (Juventus)
Steven Gerrard (Liverpool)
Sergio Ramos (Real Madrid)
Bastian Schweinsteiger (Bayern Munich)
Andrés Iniesta (Barcelona)
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